“La calidad empieza con el cambio de valores, ética, disciplina, orden, limpieza y puntualidad de uno mismo. Luego conviértase en un agente de cambio al trasmitir a través del ejemplo; ¡no exija cambio, sea usted el cambio!”.
En la actualidad, las empresas modernas buscan la calidad de sus productos y servicios ofertados mediante la mejora de la eficiencia de sus procesos. Directivos de pequeñas, medianas y grandes empresas están inmersos en la inversión de fuertes sumas de dinero en la implantación de sistemas de gestión y consultorías en general, que permitan la disminución de tiempos, costos y fallas en los productos y/o servicios finales. Se observa constantemente la oferta de complejos sistemas de indicadores de gestión que permiten poder medir en tiempo real el estado de los diferentes procesos internos, externos y de la satisfacción del cliente para tomar decisiones eficaces.
Pero estos sistemas en muchos casos, en vez de convertirse en simplificadores de control y facilitadores de información real para la toma de decisiones, se convierten en celdas cada vez más estrechas para los directivos al tomar mucho de su tiempo en hacerle seguimiento y sobre todo, en lograr que los integrantes de las organizaciones tomen acciones correctivas ante cualquier desviación significativa. Los directivos perciben un vacío en estilo y herramienta de gestión, “sienten la falta del aceite que lubrique los engranajes entre personal y políticas, procedimientos y controles establecidos”. Esto sucede por una simple y a la vez compleja razón, estos sistemas de gestión e indicadores están aumentando el trabajo de la organización en vez de sustituir y simplificar parte de este.
Esto sucede porque no se está atacando la causa raíz directamente, “la calidad humana de las personas que integran cada organización”. El primer paso antes de contratar e implementar sistemas de gestión y/o indicadores es “trabajar en la calidad humana de las personas que integran las organizaciones”. Hay que partir desde el aspecto que “las organizaciones son entidades sociales”, es decir, están compuestas por personas y son estas últimas quienes harán que los sistemas de gestión, indicadores, procedimientos, políticas y otros elementos que se apliquen, funcionen realmente como una solución o como un problema más.
“La calidad humana se puede medir bajo criterios como: Valores, ética, responsabilidad, puntualidad, disciplina, orden y limpieza, motivación, capacidad de relacionamiento y otros aspectos fundamentales”.
Una persona con una calidad humana elevada, puede llegar a tener el mismo éxito profesional que una persona corrupta, con la diferencia que la primera sentirá orgullo interno real y motivante por lo conseguido; además de la conciencia tranquila, aspecto que no se puede llegar a valorar monetariamente. Una persona con disciplina, pro actividad, ética y otros elementos importantes ya indicados anteriormente, puede llegar a sobresalir mucho más como un líder real y digno de imitar ante los funcionarios.
“Mucha gente daría más de la mitad de sus logros por poder estar con la conciencia en paz y sin esto último, el éxito en la vida no está completo”.
“Para trabajar en la mejora de la calidad humana de los funcionarios, la estrategia más efectiva para un directivo es lograr el cambio positivo, real y duradero en los criterios mencionados anteriormente, pero en sí mismo”.
Cada directivo debe cambiar primero para saber exactamente lo que desea que se cambie dentro de la cultura organizacional; con el fin, que se convierta en una cultura de calidad y sobre todo para ser un ejemplo. “La Alta dirección de una organización debe convertirse en un espejo de lo que pretende que sus trabajadores sean”. Cambie primero, será mucho más fácil trasmitir el comportamiento que se desea. Se evidencia constantemente directivos que exigen puntualidad, pulcritud, disciplina, respeto, etc., a sus funcionarios cuando ellos mismos son los primeros en estar alejados de lo deseado.
Propietarios de empresas con una enfermiza persecución a sus trabajadores en busca de encontrar fraudes, robos e indisciplinas, de tal forma que llegan a dañar la honorabilidad de las personas en vez de estar ocupando ese tiempo y recursos en la búsqueda de crecimiento y nuevas oportunidades de negocios. Esto refleja que cada persona piensa que los demás podrían hacen lo que ésta haría. Como directivo pida lo que usted puede dar como persona, de otra forma no logrará las metas con la eficacia que espera. Es importante tomar en cuenta que “la empresa es, lo que su Alta Gerencia es”.
Para lograr la calidad de sus productos y/o servicios, de sus procesos y de su organización en general de forma sostenible y real, comience cambiado usted mismo. Una vez logre ese cambio y sea capaz de transmitirlo, la implantación de sistemas de gestión y/o indicadores; será exitoso, puesto que ya tiene lo fundamental listo, las personas.
Para empezar este cambio fíjese metas fáciles de cumplir. A continuación hay algunos ejercicios que puede realizar para lograr un cambio hacia la “calidad humana”:
Llegar puntual toda la semana a la oficina, no significa 10 ó 15 minutos después de la hora de ingreso, sino estar en el puesto de trabajo listo para empezar la jornada a la hora establecida. Es importante que todo director o gerente de la empresa tenga la moral de poder pedir puntualidad y disciplina a sus funcionarios, cumplir las normas y horarios primero, dará mucho más fuerza y validez a su solicitud.
Respete la agenda temaría de las reuniones programadas para la semana, documéntese adecuadamente previo a su ingreso y no toque otros temas mientras no se terminen los agendados; y sobre todo respete el tiempo de los demás. No programe más reuniones de las que pueda llegar puntual y preparado, para así no fallar o llegar tarde a ninguna.
Mantenga la pulcritud en su apariencia, no es necesario llevar traje y corbata para mantener una buena presentación en cada momento.
No tome decisiones apresuradas sin analizar al menos 2 alternativas o analizar a fondo las causas de los problemas. Converse con sus funcionarios, tenga escucha activa, no recrimine antes de saber a fondo los motivos de cada situación.
No deje ninguna actividad a medio terminar, aún si se da cuenta que no es la mejor alternativa, realice el seguimiento hasta que se cierre o clausure. No permita que exista incertidumbre sobre las actividades emprendidas.
Practique el cumplir todas las normas establecidas; inclusive si le significa un minuto más de trabajo, olvídese que usted es el jefe y siga los pasos establecidos, aprenderá lo que significa que todos realicen las actividades correctamente.
Ordene su escritorio antes de trabajar y al finalizar la jornada, la primeras jornadas tardará quizás más de 20 minutos, pero con el tiempo no durará más de 5 minutos. Trate de tener lo que usará durante ese día según su agenda, lo que necesitará. “El orden y la limpieza es esencia en el logro de la calidad”, que incluye a su vez una buena imagen. “La calidad no solo se hace, también debe parecer que usted la hace”. Consulte el método de las 5S, conviértalo en un estilo de vida.
“Estos cambios no solo afectan la parte laboral, cuando se convierte en una forma de vida, también se afecta de forma positiva su ambiente familiar”.
Lo importante es que cada directivo debe tener claro que: “La calidad se la debe exigir cada uno, antes de exigirla a los demás”, puesto que estará evaluada y percibida por el personal en base a lo que él demuestre como calidad. A su vez, para que cualquier sistema de gestión no solo mejore la imagen externa de la empresa por la certificaciones que pueda obtener, sino que traiga resultados positivos; empiece por cambiar la calidad humana de quienes aplicarán y gestionarán ese sistema de gestión, ésto último, será reflejo de lo que la alta dirección y los funcionarios son.
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