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LAS DIEZ CAUSAS MÁS FRECUENTES DE FRACASO EN LA PLANIFICACIÓN ESTRATÉGICA.

Foto del escritor: Hernán MazHernán Maz

Para complementar el tema referente a la realización de una adecuada planeación estratégica en nuestras empresas, es fundamental revisar las causas más comunes de fracaso, a la hora de realizar dicha actividad.


"El proceso de Planificación de la Estrategia Competitiva consiste, desde el punto de vista de la demanda, en la continua diferenciación del producto o del servicio para optimizar el posicionamiento de la marca. Desde el lado de la oferta, es la permanente mejora integral de la operación y por ende de la productividad".


Estrategia Competitiva es entonces, posicionamiento y mejora integral y continua. El posicionamiento depende de las ventajas competitivas. La mejora, de las habilidades distintivas.


La mayor dificultad que tenemos actualmente los empresarios es buscar la sostenibilidad integral de nuestras compañías, a nivel de las ventajas competitivas y de las habilidades distintivas mencionadas. Para enfrentarlo necesitamos implementar un Sistema Integrado de Innovación; con el cual podemos garantizar el crecimiento y la competitividad orientada hacia la constante creación de valor económico. Este sistema es hoy el corazón de lo que conocíamos como "Planeación Estratégica" de un negocio. No es concebible estrategia sin innovación. “Estrategia es innovación”.


"Las organizaciones que no sean capaces de aceptar, determinar e implementar estos conceptos, seguramente quedarán rezagadas frente a sus competidores y terminarán desapareciendo". A continuación expondré, las causas más comunes de fracaso:


1. No existe en la empresa un manejo adecuado de la información estratégica.


El sistema de información gerencial no comparte información estratégica a los departamentos para trabajar en la mejora de la competitividad. Por ejemplo; el sistema contable no está vinculado para el control posterior. Los presupuestos operacionales no están ligados. Tampoco la evaluación del desempeño individual (desempeño de los procesos). Debemos tener en cuenta que la información estratégica, debe ser conocida por toda la organización, para poder comprometer y empoderar a los trabajadores en el cumplimiento de los objetivos trazados.


2. El proceso de planeación estratégica no es adecuadamente comunicado.


Se deben tener en cuenta tanto los canales a utilizar (comités periódicos, reuniones generales, actividades de capacitación, etc.); como la calidad de la información al respecto (clara, actual, pertinente, concisa, etc.).


Las personas no entienden porqué se realiza, cómo comienza, cuándo termina, cuáles son sus fases, cómo se miden sus resultados o cómo se relaciona con cada uno individualmente. Recordemos que una buena comunicación garantiza el éxito de la actividad.


3. La gerencia no tiene habilidad en Dirección Estratégica.

Comúnmente el equipo gerencial no está acostumbrado a realizar ejercicios grupales e interfuncionales dedicados a evaluar la situación general de la compañía; ni a realizar procesos de planificación estratégica de forma adecuada. No se involucra en un rápido e intensivo taller previo, para dominar todos los conceptos y actividades necesarios y como resultado se obtiene un proceso que no está debidamente estructurado; ni involucra información relevante respecto a un adecuado análisis de los riesgos y las oportunidades, derivados de las variables internas y externas que afectan las organizaciones.


4. El proceso compite contra la rutina diaria.

La gente siente que tiene que dejar sus obligaciones para dedicar tiempo adicional al planeamiento de la competitividad. Sin embargo, para que la planificación funcione, “las acciones diarias deben subordinarse a los nuevos objetivos que surjan del proceso”. Los gerentes deben darle la importancia que merece, el planificar adecuadamente todos los aspectos administrativos y operativos de la empresa; no se puede andar improvisando, si se quiere ser sostenible.


5. La Alta Dirección supone que puede delegar el proceso a un área en particular.

La planificación es responsabilidad de todas las áreas y departamentos de la empresa. Si existe un área de planeación, ésta puede actuar como coordinadora del proceso. Sin embargo, esto no significa que pueda hacerse cargo de la planificación. Es fundamental que participen aquellos que luego serán responsables de la ejecución y se verán afectados por las decisiones tomadas. Se debe buscar la mayor descentralización y participación posible.


6. Creer que tiene que salir perfecto desde la primera vez.


La planeación de la competitividad organizacional es un proceso de aprendizaje, sobre cómo aprender a mejorar. Debemos pensar de éste proceso, como algo que tiene que mejorar continuamente. Por eso, no debemos intentar hacer mucho, en muy poco tiempo. Debiendo realizar seguimiento y medición periódicos del cumplimiento de los objetivos y metas; con el fin de analizar posibles desviaciones y tomar los correctivos necesarios.


7. Creer que se puede implantar e implementar parcialmente.


Una causa frecuente de fracaso, radica en creer que se puede hacer más competitivo, de manera aislada; a un producto, un servicio, una área, un departamento o un proyecto específico. Recordemos que las organizaciones están compuestas por procesos interconectados, que manejan de forma simultanea, sistemática y organizada, recursos e información. Si uno solo de esos procesos falla, colapsa toda la organización. Visualicemos un reloj, con todos sus engranajes, si alguno se daña; el reloj deja de funcionar, sin importar que los demás estén en buenas condiciones.


8. Permitir que el "miedo al cambio", se arraigue en la empresa.


Es común que algunos miembros de la organización perciban a los procesos de cambio como una amenaza a su autoridad, su responsabilidad, su “poder” o su influencia. Entonces, es necesario actuar sobre estas dudas naturales.


9. Organizar un sistema rígido.


Esto no es otra cosa, sino desarrollar un "esquema burocrático" que haga perder plasticidad, simplicidad, innovación, creatividad y vitalidad. En definitiva, para que el proceso de planeación de la innovación competitiva realmente sea útil, es imprescindible verlo como un sistema de pensamiento estratégico. Esto significa que sea vivido como una de las actividades de las que depende la supervivencia de la empresa.


10. Olvidar la perspectiva cultural.

El no comprender, que la competitividad es en sí misma, un valor cultural que debe ser incorporado en el sistema de valores que constituye la ideología de la organización. Para ello debe ser creado el clima interno adecuado. El incremento de la competencia de los empleados por medio de la implementación de un programa de capacitación, es una de las principales estrategias para conseguirlo.


Espero que el tema de planeación estratégica haya quedado lo suficientemente claro. Les deseo muchos éxitos en la estructuración e implementación de ésta valiosa herramienta en sus empresas.

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